Según el barómetro del Centro
de Investigaciones Sociológicas sobre los
hábitos de lectura, un tercio de los españoles NO LEE UN LIBRO NUNCA O CASI NUNCA. Tras escuchar este enunciado en
las noticias, nos ha entrado el pánico
¿Cómo puede ser? Uno de cada tres españoles afirma no leer nunca o casi nunca un libro y
según la media leemos un máximo de nueve libros al año, incluyendo los que
tenemos que leernos de manera obligatoria. (si miramos a Finlandia, su media de
libros al año está en 47).
De entre los motivos para no leer libros, el más destacado entre los españoles está el puro disgusto por la actividad. A él apelan el 42% de los no lectores. Una cuarta parte asegura que no lee por falta de tiempo. Y muchos no lectores destacan una motivación secundaria: prefieren emplear su tiempo en otros entretenimientos.
De entre los motivos para no leer libros, el más destacado entre los españoles está el puro disgusto por la actividad. A él apelan el 42% de los no lectores. Una cuarta parte asegura que no lee por falta de tiempo. Y muchos no lectores destacan una motivación secundaria: prefieren emplear su tiempo en otros entretenimientos.
¿Cómo es posible? No nos lo
podemos explicar. Como os hemos contado una y mil veces la lectura no solo es
un recurso, un medio de comunicación o una manera de expresión, es también una
fuente de motivación, un modo de vivir aventuras y un antídoto contra el
aburrimiento.
Vamos a ser un poco optimistas
para no caer en el desconcierto. El mismo barómetro indica que el otro 65% lee
al menos “alguna vez al trimestre” y que el 29,3% lo hace “todos o casi todos
los días”. Gracias a estos últimos aún nos queda algo de esperanza.
Pero a pesar del último dato, no
salimos de nuestro asombro. Si estos datos son ciertos, nuestra cultura,
nuestra imaginación, nuestra creatividad, nuestras vivencias y nuestros
conocimientos se verán irrevocablemente
destinados a ocupar un rinconcito de la estantería donde se llenarán de
polvo.
Confiamos en que, igual que nos
ha pasado a nosotros, este dato os haga pensar y os mueva a intentar cambiar la
situación. Entre todos podemos realizar pequeñas acciones que ayuden a fomentar
la lectura (y no solo entre los alumnos): recomendar un libro a un conocido,
leer un cuento antes de dormir, regalar literatura, visitar las librerías y las
bibliotecas y hacer que vuestros pequeños las visten…. Hay mil y una cosas que podéis
hacer para que ese dato del CIS cambie.
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