Hoy las letras españolas se han quedado un poco huérfanas.
En especial la letra K ya que era el
sillón que Ana María Matute ocupaba en la RAE. Y es que hoy la gran dama de la
literatura española ha fallecido hoy a los 88 años.
La escritora de padre catalán y madre riojana, pasó parte de
su infancia residiendo en Mansilla de la Sierra, donde la gente del pueblo le
influenció profundamente (según ella misma decía).
A lo largo de su carrera ganó casi todos los premios
nacionales de literatura e incluso estuvo nominada al Premio Nobel. Pero el Premio
Cervantes, que consiguió hace tres años, era el premio con el que realmente
soñaba.
En esa ocasión pronunció un discurso del que os dejamos
algún fragmento digno de recordar:
“Sospecho
que no soy la primera en decir que nunca, durante la larga travesía de mi vida
(salpicada, por cierto, de abundantes tempestades), imaginé que llegara a conocer un día como éste. Y, junto a la
inmensa alegría que me invade, debo confesarles que preferiría escribir tres novelas seguidas y veinticinco cuentos, sin respiro, a tener que pronunciar un discurso, por modesto que éste sea. Y no es que
menosprecie los discursos: sólo los temo. Mi incapacidad para ellos quedará
manifiesta enseguida, y, por tanto, me permito apelar a su benevolencia. Pero
antes deseo hacerles partícipes de mi agradecimiento:este premio lo considero como el reconocimiento, ya que no a un mérito, al menos a la voluntad y amor que me han llevado a entregar toda mi vida a esta
dedicación.
Así
que esta anciana que no sabe escribir discursos sólo desea hacerles partícipes de su emoción, de su alegría y de
su felicidad - ¿por qué tenemos tanto
miedo de esa palabra? - a todos cuantos han hecho posible este sueño, sueño
que me acompaña desde la infancia. Desde
aquel día en que oí por vez primera la mágica frase: «Érase una vez...» y conmovió toda mi pequeña vida. Érase una
vez un hombre bueno, solitario, triste y soñador: creía en el honor y la
valentía, e inventaba la vida. San Juan dijo: «el que no ama está muerto» y yo
me atrevo a decir: «el que no inventa, no vive».
Y llega a mi memoria algo que me contó hace años Isabel Blancafort,
hija del compositor catalán Jordi Blancafort. Una de ellas, cuando eran niñas,
le confesó a su hermanita: «La música de papá, no te la creas: se la
inventa». Con alivio, he
comprobado que toda la música del mundo, la audible y la interna -esa que
llevamos dentro, como un secreto - nos la inventamos. Igual que aquel
soñador convertía en gigantes las aspas de un molino,igual que convertía en la delicada Dulcinea a una cerril Aldonza. Inventó
sensibilidad, inteligencia y acaso bondad - el don más raro de este mundo- en
una criatura carente de todos esos atributos, (¿Y quién no ha convertido alguna
vez a un Aldonzo o Aldonza de mucho cuidado, en Dulcineo o Dulcinea...?). “
(podéis leer el discurso completo pinchando aquí)
Sus novelas
no eran autobiográficas, pero ella estaba en todas ellas. Su obra estaba impregnada del espíritu de una
infancia con más sombras que luces que abominaba de la ñoñería. La
escritora era crítica con los niños de hoy y lo reflejó en varias ocasiones. Según
dijo en una entrevista "Lo
políticamente correcto lo fastidia todo. Ahora no le puede leer a un niño un clásico,
que son fabulosos, porque hoy hay que decirles amén a todo y al final la
caperucita se hace amiga del lobo. Y esto no es así, porque en la vida te vas a
encontrar lobos tremendos..."
Por otro lado
denunciaba las carencias de esos chavales
“abducidos por las nuevas tecnologías” con responsabilidad social y que
cometen faltas de ortografía. “De
jovencita, si algún pretendiente me escribía con faltas de ortografía,
aunque fuera el chico más guapo del mundo yo lo descartaba rápidamente. Me
parecía horrible que un joven de 15 años cometiera faltas de ortografía. Fíjese…
¡Ahora me quedaría sin novio!”
Esta maga del bosque, como a ella le
gusta calificarse, fue creadora de un mundo narrativo propio, lleno de
unicornios, trasgos, duendes, cuartos cerrados, y paraísos inhabitados, con los
que siempre ha intentado buscar su lugar en el mundo. Hoy deja una novela sin acabar que verá la luz en septiembre,
pero también deja tras de sí una gran lista de libros que son parte importante
de la literatura española.
Juanjo, el profe de primaria, nos informa que es muy recomendable la lectura de "El polizón de Ulises".
ResponderEliminar